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En la escuela Jirafa Azul
En el 09, construimos entre todos una ciudad. Cada uno aporto lo suyo: teatros, fabricas, estación de tren, parque de diversión...pero sobre todo casas. A Pato, que fue quien me llevo a esta casa grande que es la escuela, le toco escribir...Gracias!
Cuando era chica tenía una casa grande,
me hice grande en una casa chica,
como era grande elegí y viví en una casa grande,
y ahora, casi elegida, vivo en una casa chica.
Pero de todas las casas, la mía es una sola.
Cuando era chica aprendí que mi casa en el universo era la tierra, me hice grande en la tierra y ahora sé que la tierra es grande y que mi casa está hecha de todos los lugares donde viví, de todos los lugares en los que tengo un rincón.
Si cruzan por la vereda de mi casa, me podrán decir:
-¡Esta es mi casa preferida de esta cuadra!, ¡Mirá esos canteros con flores y esa puerta de madera tan lustrada!…-
Y yo les contestaré:
-¡La casa preferida de esta cuadra, es la mía!-…
…porque tiene en las paredes del costado los rayones que dejé con mi triciclo y después con mi bicicleta y después con el auto, cuando mi hermano mayor empezó a manejar(...) En otras cuadras tengo otras casas preferidas, por eso ahora pienso: la casa de uno está siempre “ahí”…Ahí…¡Ahí!
¡Mirá adentro!
¡Adentro!
¡Más adentro!
¡Adentro tuyo!
…Y ahí estoy también, porque la casa de uno, es uno y los otros…
Uno con los otros.
Uno y uno.
Uno a uno.
Y dos en uno…¡y mil!